Mi nombre es Yury Mejías Calvo, soy licenciada en Fisioterapia por la Universidad de Costa Rica, CO en Osteopatía de la Escuela de Osteopatía de Madrid.
Desde muy joven he tenido una mente y unos pies muy inquietos, una mirada muy curiosa y unas manos que aprendieron a compartir, acompañar, abrazar y dar amor. Siempre con ganas de absorber todo lo que cada sitio, cada persona y cada circunstancia podrían aportarme.
Salí de un entorno muy desafiante por la región donde vivía, la cual desde muy pequeña me exigía superarme a mi misma y retarme a buscar siempre más. Me fui a Cuba a estudiar medicina, pero me quedé con la sensación que quería más que el contexto tradicional, así que volví en búsqueda de nuevos caminos. Empecé Fisioterapia y Psicología en Costa Rica, pero seguía dudando de las bases y estructuras que suelen impartir en la academia. Hasta que a punto de rendirme conocí la Osteopatía. Fue como un vuelco al corazón, como reconocerte y reconocer tu forma de relacionarte con la vida misma y el mundo exterior.
La filosofía de la osteopatía va más allá que un simposio de técnicas para cada estructura. Su arte radica en la capacidad de integración, análisis, creación y sensación. Cada osteópata es distinto del otro, y cada uno aporta su estilo, esencia y conocimiento según a donde le llevaron sus pasos. Es materialización, una herramienta de conexión de vida material, espiritual, un retorno al santuario interior de su propio ser;es aprender a acompañar al viaje del otro, sin juicio, sin prejuicio, dándole las herramientas necesarias para sanarse asimismo, aprender su propio funcionamiento emprender su propio camino de auto curación.
Y entonces, todo cobró sentido. Nada había sido en vano, pude tomar de la medicina, la psicología, la fisioterapia, más todas las herramientas que fui aprendiendo en el camino de Biodescodificación, Medicina y Nutrición Ortomolecular, Biomagnetismo, Técnicas miofasciales, Terapia Neural, Programación Neuro lingüística. entre otros. Y esto no significa que las realice necesariamente, sino que el solo arte de conocer un poco más de ella, me da la facilidad, no de pensar donde termino yo y empieza el otro, sino de empezar a colaborar en equipos conscientes, porque hasta para referir, se debe tener criterio y asertividad.
Los últimos años he conocido personas con todas estas habilidades, quienes se han ido sumando a este camino del ¿cómo podemos hacerlo mejor?, y hemos podido crear juntos, formas de trabajo según lo requiera la persona, no como dicen todos que son “integrales”. Integración es cooperación, interconsulta, soñar juntos, crear juntos formas de aportar a cada paciente que se toma su tiempo, y sus recursos no solo económicos, sino también emocionales para tomar con valentía su salud en sus manos y hacerse cargo de ella, porque de nada sirve el mejor Terapeuta o Sanitario, si el mismo paciente no despierta su consciencia, y asume su vida, su salud y su felicidad en sus propias manos.
Todos tenemos un antes y un después, el mío como dije, empezó hace tiempo ya, pero fue hasta hace alrededor de 5 años que durante “una noche oscura del alma “ , y transitar por mi propio camino, me sumergí en mi propia búsqueda a través de meditación plena, higiene del sueño, respiración consciente, control mental y de mi más fuerte viaje: mi boca, la cual me ha llevado a trabajar con muchos odontólogos maravillosos, de quienes he aprendido tanto, sabiendo que incluso en osteopatía tiene un abordaje privilegiado y fundamental para llegar a comprender parte de los misterios del cuerpo. Ha sido una de las piedras angulares fundamentales para el Método Libertad.
Método Libertad nace de mi alma, agradecida con todos esos maravillosos profesionales que llevan la “integralidad” a otro nivel. Se agradece cada recurso, cada visión o “especialidad” como se suele llamar. Nace para acompañar a la persona, verla mas allá de un expediente o diagnóstico. Se reeduca al paciente, se le invita a asumir su responsabilidad y su camino de vuelta a su santuario interior, ese que implica amor propio, cambios de hábitos, control y sanación mental, físico y espiritual, y por supuesto, con un equipo de compañeros comprometidos con el concepto real de salud, con crecer día con día, buscando siempre lo mejor para el paciente. Y no significa que tenemos la verdad absoluta, sino que estamos dispuestos a buscar el estado más equilibrado para el paciente y su verdad propia, que sienta un abrazo restaurador, para lograr finalmente encontrar su centro, su eje y fuerza para tener claro los objetivos y moverse a por ello.
Mi nombre es Aaron Hernández Cervantes, y soy Médico Integrativo. He recorrido el camino de la Medicina tradicional y también incorporo especialidades de la medicina complementaria y regenerativa en mi practica clínica.
Este camino me ha permitido formarme como Médico Especialista en Salud de Precisión, Nutrición y Medicina Ortomolecular (Escuela Europea de Salud, España), Especialista en Terapia Neural Médica y Odontología Neurofocal ( Universitat de Barcelona, España), Especialista en Envejecimiento Saludable (Universidad de Murcia, España). Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria (MIR, España, Universidad Costa Rica, Homologado a nivel Europeo), Doctorado en Medicina y Cirugía (España, Europa y Costa Rica). Especialista en Administración de Hospitales y Servicios de Salud (Universidad Iberoamérica, Costa Rica), Máster en Administración de negocios y finanzas (Instituto tecnológico de Costa Rica). Fellow en Italia y EEUU.
La historia de como he elegido éste camino, es un poco de como el mismo me ha elegido a mí, y comento esto porque es un verdadero honor y privilegio el saber que mis pacientes han confiado para que los acompañe en el proceso de prevención, mantenimiento y recuperación de su salud. Y es que este proceso ha sido realmente vocacional, pues aún retumban las palabras de mi abuelo que desde los 5 años me decía mi "doctorcito", y esto era bastante atípico en una familia que no contaba con ningún médico, y sin embargo, desde entonces, ya sentía una vocación fuerte y abierta en ayudar a las personas. Y todo se fue dando, cumpliendo cada etapa, primeramente, como licenciado en Medicina, luego como Doctor ejerciendo en comunidades fronterizas en mi hermoso país de origen Costa Rica. En aquella época, y como nos pasa a muchos médicos jóvenes americanos corrí tras el sueño de ser el "mejor de lo mejor", buscando las mejores pasantías, en los hospitales más renombrados, para luego realizar mis especialidades médicas, lo cual, me llevo a recorrer países y continentes.
Tras mucho trabajo y esfuerzo, me encontré años después con mi plaza de médico en un excelente Hospital en Murcia, España, donde aprendí sobre sistemas de salud y protocolos europeos. Posteriormente, decidí seguir una oportunidad que se abría como director de las áreas de salud de mi Costa Rica, puedo decir que puse todo mi amor y empeño para lograr un cambio en el paradigma de salud, no solo de mis pacientes directos, sino de la comunidades y orgullosamente puedo decir que se lograron muchos avances en diversos campos, pero a un nivel nuevamente muy estructurado y protocolizado.
Fue ahí donde me tomé el tiempo para pensar, pero sobre todo para sentir si en eso consistía todo el esfuerzo el tiempo y muchos sacrificios. Algo hacía falta, un eslabón perdido para mí. Que un médico tenga en promedio un tiempo efectivo con el paciente entre 6 y 10 minutos por consulta, impide realizar una atención adecuada, y esta es la realidad de los diferentes sistemas de salud que he tenido que experimentar. Así que me encontré en mi “noche oscura”, donde muchas metas habían perdido sentido, al ver que mi sueño de niño no era tal y como lo había soñado, y fue muy duro encontrarme con esa realidad, tanto que llegué a plantearme continuar por otro camino.
Es en esos momentos retadores, cuando se tiene fe que las cosas pueden mejorar, y se cambia la visión de víctima a emprendedor y creador de sueños, ( y este cambio de pensamiento gracias a un trabajo intensivo de crecimiento personal y coach), y así fue como esta fuente de eterna sabiduría y amor que nos rodea y nos guía, me puso en manos de una profesional impresionante, que combinaba tanto la medicina tradicional como la complementaria, pero sobre todo ponía su corazón en cada consulta, y no solo me ayudó a solucionar mis afecciones físicas, sino que también me abrió las puertas a un nuevo mundo de salud, que se presentaba como la parte que le hacia falta a mi rompecabezas del concepto de salud, tal cual yo lo entendía, que es ver al paciente como un ser humano integral, con necesidades de salud pero también con la necesidad de ser escuchado y acompañado desde todas sus aristas, físicas, mentales, y espirituales.
A partir de ahí la alegría regresó a mi vida, la pasión por mi labor como médico/terapeuta se ha magnificado de manera exponencial, repercutiendo en los resultados en salud y calidad de vida de mis pacientes. La Terapia Neural, Medicina Ortomolecular, Mindfulness, y varios otros métodos mas que sigo descubriendo, han agregado fortalezas para poder dar más de mi. Y espero que ésta aventura no llegue a detenerse, seguir aportando mi granito de arena, con cariño, calidez y profesionalismo.
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